Jorge Drexler se aproxima a Uruguay con su "Mundo abisal"

Hará cinco shows en Brasil y aún no confirma fecha en nuestro país.

Aunque sólo ha llegado al suceso mundial en 2004 con "Al otro lado del río", canción vencedora del Oscar, el músico uruguayo tiene una carrera que se extiende por más de veinte años.

 O Globo | Silvio Essinger

Razón suficiente (pero no la única) para que Jorge Drexler montara el show Mundo abisal, cuya tournée llega a Brasil el mes que viene, después de haber pasado por buena parte de América Latina. La primera fecha es el día 3 de junio, en Corumbá, dentro del Festival América del Sur. Después, Drexler se presentó en Porto Alegre, pasa por Florianópolis, Sao Paulo y Río de Janeiro.

"Mundo abisal no es un show que tiene una selección equilibrada de las músicas de mis discos. Yo toco lo que me da ganas de tocar, hay espacio para la improvisación", dice el cantor, de 48 años. "Es un show minimalista, que hago con dos músicos alternándose en pequeños instrumentos acústicos y electrónicos. Planeé un espectáculo totalmente basado en aspectos visuales, con una escenografía teatral y un concepto de iluminación abisal, de resplandescencia dentro de la penumbra. Diseñamos la luz antes de elegir el repertorio".

Pero Drexler no se ha limitado a los escenarios en los últimos tiempos. Hace algunos meses, lanzó tres canciones (Habitación 316 (n1) , Madera a la deriva (n2) y Décima a la décima (n3)) en forma de aplicación para celulares y tabletas. Es el Proyecto N, cuya gracia consiste en poder intervenir en los arreglos y en las letras en tiempo real, obteniendo así infinitas combinaciones de una misma canción. En Décima, existe además la opción de variar los cantantes de las estrofas, entre ellos, el argentino-estadounidense Kevin Johansen y el gaúcho Vitor Ramil.

"Esa aplicación tiene dos referencias concretas de la música brasileña. Una, claramente, es Construcción, de Chico Buarque, que es la primera canción combinable de la que oí hablar. El punto de vista de la historia va cambiando a lo largo de la canción. La otra es Zera a reza, de Caetano Veloso, una canción anagrámica, que va cambiando las letras de orden", explica Drexler. "Cuando algunos amigos me sugirieron crear una aplicación, pensé en hacer esa exploración de la estructura combinatoria de la canción, que pudiera generar un género nuevo. Son canciones líquidas. No tener un sentido fijo es la razón de ellas".

Y, probando ser un individuo realmente multimedia, el cantante ha recogido los logros por la participación en la comedia romántica La suerte en tus manos, del director argentino Daniel Burman, exhibida en el último festival de Río. Drexler interpreta al protagonista, Uriel, un jugador de póquer, mentiroso compulsivo, que hace de todo para reconquistar a una exenamorada, Gloria (Valeria Bertucelli). Por el papel, recibió candidaturas para premios en la categoría actor-revelación. Un detalle: antes de esa película, el músico nunca había actuado en su vida.

"Había hecho dos canciones para una película de Daniel, El nido vacío. Un día, me dijo que había pensado en mí para un papel y le comenté: "¿Estás loco?". Y él: "Te vi en vivo, te vi hablar frente a multitudes. Podés hacer una película, no vas a necesitar interpretar". Lo que era mentira, porque el personaje era muy diferente a mí. Pero el libro era tan maravilloso que no pude decir no", cuenta. "Mi prioridad hoy en día es la música, pero si una película buena aparece, la haré, claro. ¡Principalmente si fuera en Río de Janeiro! Queda la pista para mis amigos brasileños Andrucha Waddington y Walter Salles..."

 Radicado en Madrid, hace 18 años, Drexler es un artista del mundo, pero no deja de ir a Uruguay (donde todavía tiene familia) por lo menos tres veces al año. Y ha acompañado con optimismo los cambios por los cuales el país viene pasando.

"Estoy muy orgulloso con la situación actual, con la estabilidad política, la prosperidad económica creciente e inversiones en infraestructura", elogia. "Uruguay es el primer país del mundo en conseguir una tasa de 100% de informatización en las escuelas, y se está volviendo un polo de desarrollo de software. Me gusta Mujica, con todas sus imperfecciones. Claramente, no es una persona que está aprovechándose del poder político para beneficio propio".