Una adolescencia en la que sintió solo, presionado y en la que
apareció la depresión que lo acompañaría a lo largo de su vida. Había
sido un niño sensible interesado en figuras como Oscar Wilde, John
Keats, el movimiento Kitchen Sink enfocado al drama, un niño que quedó
totalmente impactado por los asesinatos cometidos por un hombre y una
mujer en 1963, los llamados “Los asesinatos de los Pantanos” en los
cuales las víctimas eran niños.
Así pasó sus primeros años, en el
384 de Kings Road de los suburbios de Stretford, Steven Patrick
Morrissey, que había nacido el 22 de mayo de 1959.
Fanático del cine y de la música pop desde bien pequeño pasaba horas
escuchando a Sandie Shaw o Marianne Faithfull y leyendo sobre dos de sus
grandes heroes New York Dolls y, sobre todo, James Dean.
Trabajó en un departamento de desempleo y fue administrativo del
Gobierno Británico pero en 1980 su vida cambiaría a raíz de conocer a
Johnny Marr, junto a él, Andy Rourke y el batería Mike Joyce fundan lo
que serís una mítica banda: The Smiths.
Con ellos grabo 6 álbumes que se convirtieron en clara influencia
para artistas posteriores. Fue cuando creó los Smiths, cuando decidió
que jamas volvería a llamarse Steven Patrick, quiso romper por completo
con toda su vida anterior y se hizo llamar desde entonces Morrissey.
La banda se disolvía en el 87 debido a los conflictos creativos
surgidos entre los fundadores. Así que tras ese hecho, Mozz comenzó su
trayectoria en solitario.
Una estupenda carrera que comenzaría con el álbum “Viva Hate” con el
que siguió manteniendo el éxito que había conseguido al frente de los
Smiths alcanzando incluso el número uno.
A partir de ahí, un poco de todo, éxitos, premios, pero también
aunque, no demasiados, fracasos y una legión de admiradores, muchos de
ellos surgidos gracias a Smiths y otros muchos que se incorporaron a su
particular voz y estilo más tarde.
Fue en 1992 un hecho acaparó todos los magazines musicales. En un
concierto junto con Madness, apareció en el escenario con una bandera
británica y simbología skin head, lo que dio lugar a ser erróneamente
tachado de racismo por quienes no comprendieron su sarcasmo.
“Ni soy racista ni nunca lo seré. Soy suficientemente inteligente para
no serlo”.
Es mas Morrisey lleva demostrando su compromiso social a través de sus
letras desde que comenzase en el mundo de la música siendo además un
ávido defensor de los derechos de los animales, apoyando a
organizaciones como PETA.
Bañando en una aura de melancolía, de lirismo, lejos de las modas
musicales, Morrissey posee una voz y una genialidad como pocos artistas
han demostrado en los últimos tiempos.
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